Secuestro en
Aragua,
la Abuela y el General Suarez Chourio
Mi tío paterno, Moisés Almudena Ríos,
nativo del Castaño, Estado Aragua, a duras penas tocó el portalón de la Casona
y cuando la puerta se abrió, el pobre se desvaneció sobre los fuertes brazos de
mamá Kymbisa,
diciéndole que sus fiebres eran por la peste de la Chikungunya.
Hubo alerta general pues la abuela, Catalina Libertad Herrera Herrera, escuchó
al hombre y de inmediato armó una campaña para salvarle la vida, al hombro de
su lugar teniente la Nana Kymbisa, nuestra niñera por cien años, quien tomó su
inmenso tabaco y salió al monte a buscar yerbas para la pócima curativa. .jpg)
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General Suarez Chourio |
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La Abuela Catalina Guasare Herrera en Combate durante sus años mozos |
- Jaime
Mas no tengo tiempo, dame los dólares que quiero a mi niña en la casa-, dijo
desesperada. Mi tío, Jaime
era un hombre serio, ponderado, el único que creo
cuerdo de la casa se lo explico todo, lentamente, a la abuela.
Ella lo miro fijamente y le preguntó: - ¿Tú me
estás diciendo que nosotros somos pobres?-
El tío tragó grueso y replicó:
-Si
madre, no hay más bienes de fortuna que esta vieja casona, todo lo demás se han
ido en revoluciones y enfermedades. No queda nada. Nuestros familiares han
regalado
la herencia para la revolución cuando el común de los actuales revolucionarios
han hecho todo lo contrario, han formado parte de ella para enriquecerse y
dejar de ser unos pobretones descastados-,
fueron sus palabras de funeral.
En ese punto la vieja se dejó caer sobre
el viejo banco del patio y se quitó la boina alegando su desagracia de saber
semejante verdad. Despúes, levantó el rostro, secó sus lágrimas e insistió: -llámame
al general. Necesito que me ayude; él es un hombre de
combate como yo-. Y mientras
todos trataban de convencer a la abuela en que lo sensato era llamar a la
policía sonó el timbre de la casona. Fue cuando Kymbisa abrió la puerta para
que el inmenso hombre cubriera todo con su sombra.
Nunca supe, como supo él, pero lo
cierto es que la imponente figura del General Jesús Suarez Chourio invadió, de
norte a sur, la sala de casa. Al verlo, la abuela dio un salto y se enrosco en
su cintura como una culebra de jardín. Intercambiaron y hablaron. Todos los
teléfonos de la casa sonaban a la vez. La noticia salió en tweeter, radio, en
el
tabloide de la tarde y la gente sólo hablaba del secuestro. Sin embargo,
Kymbisa, dándole un agua de papelón al general que, sin duda, armó una red
cívico-militar para el rescate, advirtió que Frescolita no estaba secuestrada
pues sus ánimas se lo habían dicho. Si yo no hubiese recibido la llamada me lo
hubiese creído pues los muertos de la Nana jamás se equivocaban en sus
alegatos.
Las agujas del reloj movieron sus
segundos de plata y la tensión aumentó en el caserón. El general abrazado de la
abuela trataba de tranquilizarla y todos reprimían el vapor de una gran
angustia.
Luego, se oyó una algarabía y un tintinar de campanas con voces y
gritos. -Llegó
Frescolita- se
escuchó a lo lejos. Final feliz, la niña en casa. No hubo secuestro sino que la
cola parar comprar los útiles escolares de sus ahijados era interminable, pues
son muchos y en un solo día no alcanza una sola chequera para llenar un bulto
de libros hoy.
Luego supimos que la vecina fue secuestrada y hasta la fecha la
siguen buscando. La llamada recibida fue un gran error de los secuestradores. Bueno, después, mi abuela racionalizó los gastos y busca trabajo para mantener a la familia sosteniéndose firme, en la revolución, mientras el resto de la familia trata de explicarle su gran equivocación. El General se despidió y se llevó los buñuelos
de Lairen preparados por Kymbisa. Yo me quede reflexionando porqué tanto secuestro, extorsión, pranización, desvelo, inseguridad y desconcierto en nuestro Estado Aragua, antes ciudad jardín y hoy cuna de la Revolución. ¿Qué falta y que sobra hoy en nuestro Estado Aragua para la buena vida?
siguen buscando. La llamada recibida fue un gran error de los secuestradores. Bueno, después, mi abuela racionalizó los gastos y busca trabajo para mantener a la familia sosteniéndose firme, en la revolución, mientras el resto de la familia trata de explicarle su gran equivocación. El General se despidió y se llevó los buñuelos
de Lairen preparados por Kymbisa. Yo me quede reflexionando porqué tanto secuestro, extorsión, pranización, desvelo, inseguridad y desconcierto en nuestro Estado Aragua, antes ciudad jardín y hoy cuna de la Revolución. ¿Qué falta y que sobra hoy en nuestro Estado Aragua para la buena vida?
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El Saman de Guere. La Julia, Estado Aragua, Venezuela |
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Virgen de la Candelaria. Patrona del Municipio Santiago Mariño, Turmero, Estado Aragua |
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Los Buñuelos de Lairen de la Nana Kymbisa |
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Beatriz Guasare Herrera Herrera Alias Frescolita cuando niña |
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La escritora lista para el rescate de Frescolita |