sábado, 31 de enero de 2015

Auto prisión con Pedro Páramo o el drama de la cola en Venezuela

Auto prisión con Pedro Páramo 
o el drama de la cola en Venezuela

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”. Así comienza “Pedro Paramo”, la galardonada novela del escritor mexicano, Juan Rulfo, la cual fue publicada originalmente en el año 1955 y
Juan Rulfo
catalogada por el gran genio de la escritura argentina contemporánea, Jorge Luís Borges y por muchos otros, como una de las mejores obras de arte escritas para la literatura universal del siglo XX. Toda ella es un deleite de realismo mágico caracterizada porque todos sus personajes comparecen desde el más allá. Todos están
Todos los personajes están muertos
muertos. Y de alguna manera, en la Venezuela actual también, nosotros estamos muertos, de cara a la seguridad integral nacional.

Cuando escucho los operativos, cuadrantes y demás estratagemas militares y civiles del gobierno referidas a la seguridad nacional, con sus peroratas sobre dispositivos de nueva moral policial, planes de exterminio de mafias internas, desarme civil y control de armas, conformación y reestructuración de nuevas policías y cuerpos anti(terrorismo, secuestro, droga, hampa y muerte con demás
putrefacciones delincuenciales); diseño de políticas públicas para el resguardo, leyes y dólares para equipos, más tecnología, entrenamiento (ruso, cubano, chino, sureño y norteamericano); escucho la eterna
Jorge Luis Borges 
letanía de elevar las condiciones de vida de TODOS los funcionarios (cosa con la que comulgo por ellos y por el país, además le quitamos la excusa de victimarios de la boca y les caemos con todo el peso de la ley a las grandes mafias cívico-militares que pudren dichas organizaciones), pienso ilusionadamente:


“¿Será que ya no me atracarán en el medio de la calle, a plena luz del día o de la noche y  no me arrancarán el carro, el teléfono, la cadena de ORO, el anillo de boda, los zapatos, la quincenita y el mercado, no seré secuestrado, maniatado  y no me asesinaran, ni a mí, ni a más familias venezolanas, como unos desechos en medio de la calle?.
Entonces, esa noche duermo feliz, porque llegó el decreto patriota de guerra a muerte contra el hampa, cobijado por el gobierno para una Seguridad Total Socialista, inclusiva y para todos por igual en Venezuela.

Pero despierto y leo la prensa y ¿qué veo?... Muertos, más muertos.  La historia de inseguridad
Adicea Castillo y gente de Caracas en protesta
general se repite en la calle, día a día, cada vez en mayor grado. Luego, salgo y hablo con la gente. Todo el mundo tiene una historia más catastrófica que la otra: muertos, robos, violencia, agresión, ultraje y miedo. Pienso que estoy en Comala donde todos están muertos. Allí estamos arrinconados todos los venezolanos, por la inseguridad del país. Nadie, ni nada se escapa del Pran mandamás que no permite conspiración callejera, a ninguna hora, ni a la
propia Virgen María se le da cuartel.

Entonces, recuerdo el discurso del gobierno. Todos ellos se ven tan bien comidos, con su parlamento burócrata de fuerza imitando al gigante desaparecido, que me siento nuevamente en Comala, en las fauces del escenario de Pedro Páramo, rodeado de
muertos, pérdida en la niebla del pasado rodeada de unos personajes infernales, llenos de frustración, incomprensión, en medio del terror de la nada. Claro, el gobierno usa escoltas, tienen dinero, relaciones…poder… y nada de eso está en Comala.

Nosotros, los pobres mortales, el pueblo, estamos
como Pedro Páramo, perdidos en la nada de la pobreza y la violencia que ella engendra en Venezuela. Náufragos de la muerte  en un país donde se registran miles de fechorías, peor que en una guerra. Venezuela, ¡la pobre! catalogada como uno de los lugares más violentos e inseguros de
América y del mundo por todos los centros turísticos internacionales
. Los europeos prohíben a sus compatriotas a través de las redes visitar  Venezuela porque corren el riesgo de muerte inminente. Es peor que estar en el averno de un campo de concentración Nazi. Estamos en guerra con enemigos ocultos, que se
Monica Actriz Venezolana Victima de un asesino
cobijan en nuestra propia casa, no podría haber mayor desgracia.



Pedro Páramo, perdido en los anales de la muerte, nunca llegó a darle a su hijo lo que le pertenecía por herencia, así como
Venezuela no reviste condiciones de seguridad mínimas para sus hijos. Al menos “algunos” funcionarios son felices y recitan su guion de defensa. Al pueblo raso, sólo nos queda mantenernos auto encarcelados dentro de las rejas del hogar, leyendo la obra del mexicano Rulfo para no salir y encarar la muerte. Sugiero que antes de que los atraquen o los maten por allí, se
auto encarcelen y se lean esta obra. A lo mejor reaccionamos de otra forma y dejamos de pararnos todo el día en la fila para la compra de la harina, única forma de ver el sol. Sin duda, conocer a Pedro Páramo y a Comala siempre será mejor que morir a manos de un paisano asesino, en el escenario de la inseguridad nacional venezolana.




 https://www.youtube.com/watch?v=6V-OgXYJGk0