Auto prisión con Pedro
Páramo
o el drama de la cola en Venezuela
“Vine a
Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”. Así
comienza “Pedro Paramo”, la galardonada novela del escritor mexicano, Juan
Rulfo, la cual fue publicada originalmente en el año 1955 y
catalogada por el
gran genio de la escritura argentina contemporánea, Jorge Luís Borges y por
muchos otros, como una de las mejores obras de arte escritas para la literatura
universal del siglo XX. Toda ella es un deleite de realismo mágico caracterizada
porque todos sus personajes comparecen desde el más allá. Todos están
muertos.
Y de alguna manera, en la Venezuela actual también, nosotros estamos muertos,
de cara a la seguridad integral nacional.
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Juan Rulfo |
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Todos los personajes están muertos |
Cuando escucho los operativos, cuadrantes y
demás estratagemas militares y civiles del gobierno referidas a la seguridad
nacional, con sus peroratas sobre dispositivos de nueva moral policial, planes
de exterminio de mafias internas, desarme civil y control de armas,
conformación y reestructuración de nuevas policías y cuerpos anti(terrorismo,
secuestro, droga, hampa y muerte con demás
putrefacciones delincuenciales);
diseño de políticas públicas para el resguardo, leyes y dólares para equipos,
más tecnología, entrenamiento (ruso, cubano, chino, sureño y norteamericano);
escucho la eterna ![]() |
Jorge Luis Borges |
“¿Será que ya no me atracarán en el medio de
la calle, a plena luz del día o de la noche y
no me arrancarán el carro, el teléfono, la cadena de ORO, el anillo de
boda, los zapatos, la quincenita y el mercado, no seré secuestrado,
maniatado y no me asesinaran, ni a mí,
ni a más familias venezolanas, como unos desechos en medio de la calle?.
Entonces, esa noche duermo feliz, porque llegó el decreto patriota de guerra a
muerte contra el hampa, cobijado por el gobierno para una Seguridad Total
Socialista, inclusiva y para todos por igual en Venezuela.
Pero despierto y leo la prensa y ¿qué veo?...
Muertos, más muertos. La historia de
inseguridad
general se repite en la calle, día a día, cada vez en mayor grado.
Luego, salgo y hablo con la gente. Todo el mundo tiene una historia más
catastrófica que la otra: muertos, robos, violencia, agresión, ultraje y miedo.
Pienso que estoy en Comala donde todos están muertos. Allí estamos arrinconados
todos los venezolanos, por la inseguridad del país. Nadie, ni nada se escapa
del Pran mandamás que no permite conspiración
callejera, a ninguna hora, ni a la
propia Virgen María se le da cuartel.![]() |
Adicea Castillo y gente de Caracas en protesta |
Entonces, recuerdo el discurso del gobierno.
Todos ellos se ven tan bien comidos, con su parlamento burócrata de fuerza
imitando al gigante desaparecido, que me siento nuevamente en Comala, en las
fauces del escenario de Pedro Páramo, rodeado de
muertos, pérdida en la niebla
del pasado rodeada de unos personajes infernales, llenos de frustración,
incomprensión, en medio del terror de la nada. Claro, el gobierno usa escoltas,
tienen dinero, relaciones…poder… y nada de eso está en Comala.
Nosotros, los pobres mortales, el pueblo,
estamos
como Pedro Páramo, perdidos en la nada de la pobreza y la violencia que
ella engendra en Venezuela. Náufragos de la muerte en un país donde se registran miles de fechorías, peor que en una guerra. Venezuela, ¡la pobre! catalogada
como uno de los lugares más violentos e inseguros de
América y del mundo por
todos los centros turísticos internacionales. Los europeos prohíben a sus compatriotas a
través de las redes visitar Venezuela
porque corren el riesgo de muerte inminente. Es peor que estar en el averno de
un campo de concentración Nazi. Estamos en guerra con enemigos ocultos, que se
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Monica Actriz Venezolana Victima de un asesino |
Pedro Páramo, perdido en los anales de la
muerte, nunca llegó a darle a su hijo lo que le pertenecía por herencia, así
como
Venezuela no reviste condiciones de seguridad mínimas para sus hijos. Al
menos “algunos” funcionarios son felices y recitan su guion de defensa. Al
pueblo raso, sólo nos queda mantenernos auto encarcelados dentro de las rejas
del hogar, leyendo la obra del mexicano Rulfo para no salir y encarar la
muerte. Sugiero que antes de que los atraquen o los maten por allí, se
auto
encarcelen y se lean esta obra. A lo mejor reaccionamos de otra forma y dejamos
de pararnos todo el día en la fila para la compra de la harina, única forma de
ver el sol. Sin duda, conocer a Pedro Páramo y a Comala siempre será mejor que
morir a manos de un paisano asesino, en el escenario de la inseguridad nacional
venezolana.
https://www.youtube.com/watch?v=6V-OgXYJGk0