lunes, 1 de agosto de 2016

Grafitti: ¿arte, protesta o vandalismo?


Grafitti: ¿arte, protesta o vandalismo?




Larga ha sido la evolución del Grafitti…, desde las primeras rubricas de la mano humana sobre la cueva oscura de Altamira, hasta los vibrantes colores del aerosol moderno en los grafitis newyorkinos del presente. El Grafitti es de vieja data pero surgió como moda urbana a finales del siglo XIX, con el sentido de rascar o rayar el muro y lo introduce en el ámbito científico el arqueólogo Raffaele Garrucci. USA puede
considerarse la cuna del Grafitti contemporáneo y desde allí se extendió por el mundo entero. Existen interesantes grafitis que han dejado su huella, tal como el asesinato en Londres, atribuido a Jack el Destripador y el surgido en la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes se encontraron con “Kilroy Was Here ("Kilroy estuvo aquí"). Con los años «Kilroy» se volvió marca y sinónimo de pintar paredes en el mundo entero.

En la Venezuela de hoy los grafiteros son obligados a convertirse en vampiros pues su actividad, considerada un tanto subversiva, no sólo por los lugares donde se realiza la obra, sino además, por los mensajes políticos expuestos, son perseguidos por la seguridad, tanto como por los delincuentes. Los artistas del grafiti son víctimas de la inseguridad, noche y día…, pintar un grafiti es un gran riesgo en Caracas y en el resto del país. 



Pocos grafiteros comparecen hoy por hoy, pues estos artistas del muro y del spray que, por cierto, los materiales son carísimos y escasos, padecen víctimas de la economía del no poder y no hay. La UCV fue lienzo de muchos grafitis curiosos antes de ser tomada, completamente, por el hampa: ¡Pienso y luego me caen a golpes! fue uno de los tantos escritos que aún recuerdo, además de las consignas comunistas que en la actualidad nadie las escribe pues los chicos de izquierda, ¡profunda y ñangara!, están ocupados manejando el poder...,
¡qué tiempos aquellos y que grafitis hacían, llenos de odio y amor por el Comunismo!… ¡Claro!, no es lo mismo protestar haciendo rayas en paredes que construir el desarrollo nacional…, se requiere de inteligencias y capacidades distintas…, muy distintas… Jeeee.



Las investigaciones científicas del Centro CCEl, muestran como el grafiti venezolano nació con un carácter más político y subversivo que artístico, pues, no copió el sentido de las pintas norteamericanas. En nuestra nación, las décadas de los 60,70 y 80 fueron pletóricas de grandes grafitis, cargados de mensajes críticos a la gestión gubernamental del momento. En las universidades los grupetes de jóvenes que militaban en algún lugar de la izquierda y cuyas actividades subversivas los colocaban al
margen de la ley, convirtieron las paredes y muros académicos en carteleras llenos de consignas políticas y de críticas al sistema. Hoy los grafitis han disminuido y es el gobierno quien se ha dedicado a elaborar murales y grafitis a su favor…, a lo izquierdoso, pues. Arte y protesta definen los grafittis de antaño, tanto como ideologización definen a los poquísimos dibujos de hoy.



Pero también, el sin sentido se apodera de algunos hacedores de grafitis que realizan rayas más que arte o protesta. Imágenes basura anegan pueblos completos de Venezuela, dañando fachadas familiares, empresariales y gubernamentales. No hay respeto por la propiedad ajena y personas inescrupulosas hacen rayas a diestra y siniestra, sin importar los costos de los materiales de pintura, el ornamento o la publicidad que destruyen, amén de la “horripilancia” en que convierten pueblos y ciudades. 



¡Escribo y luego existo! o ¡Reflexiono y luego voto en el Revocatorio si nos dejan!; serán los últimos grafitis del momento en Venezuela!..., ¡Escribo y luego me censuran! También puede ser otro grafiti, no muy novedoso, por cierto… y me largo con mi espray a otra pared a ver si logro sobrevivirle a la historia… ¿Cuánto no es eso, no?