sábado, 23 de julio de 2016

LA NUEVA RADIO EN VENEZUELA: ¿Burla, no?


LA NUEVA RADIO EN VENEZUELA: ¿Burla, no?




Si alguna acción delata la Libertad de un país está en destripar el cáncer de la censura. Venezuela tiene un inmenso bozal y no me refiero al que el gobierno amarra todos los días en la boca del pueblo, arrodillándolo a la cola de la comida regulada y
sentenciándolo al maltrato eterno de sus perros cuidadores, de cinturón verde oscuro…, triste drama cuando las cárceles están llenas de discotecas y distracciones, custodiados por los mismiticos… El averno del silencio y la chabacanería barata rodeó a los venezolanos con sus demonios y las emisoras radiales son manifestación de ello. 


Reto a mis lectores a que busquen un espacio radial en el país e insinúen que desarrollarán un programa político a favor del equilibrio, ni siquiera a favor de la oposición…, je je, je. Permítame que aflore una mueca que se asemeja a una risita trémula… Les dirán que ésto…, y que aquello…, que hay que entender y… raspados por bocones y por hablar lo que el poder no quiere que se diga. 


Pues si hay alguna mafia bien establecida en la Venezuela de hoy, se aloja en el sector de las telecomunicaciones y en eso que llaman la radio en Venezuela, que ha devenido de, medianamente mal, en una horrorosa manera de hacer el ridículo público y controlar la opinión comunitaria nacional. ¡Qué asco de censura tienen, que marginalidades de programas en los patéticos y oscuros montículos municipales, donde los verdaderos dueños de las emisoras, gente del poder gubernamental utilizan a tontorrones testaferros, sin moral, que ponen la cara en la taquilla para hacerse de cuatro monedas y prestan su nombre como dueños, para hacer una radio llena de intrascendencias y de adulación gubernamental! ¡ASCO…, eso es lo que producen…, el asco que emana de la pus y de los que doblan el lomo por indignos!.



Pero además del ponte tú en la taquilla para que yo no aparezca en público, existe la mega hipocresía socialista de la radio comunitaria. Los reto a ver cuántas de las “presuntas” emisoras comunitarias, con capuchas del gobierno que están detrás del dial son, verdaderamente, garantes del bienestar de la comunidad y no de su propia billetera…, ¡que hipócritas y antipatriotas son…! ¡Dan repugnancia!, por la traición al pueblo y al propio Hugo Chávez quien, verdaderamente creyó en esa ninfa de la radio comunitaria: emisoras al servicio de la gente, hecha con los más humildes, que tuvieran el coctel donde se combinara, desde lo más elevado y suntuario del conocimiento, el arte, la política, etc., hasta la cotidianidad pueblerina y vecinal…, es decir, lo que es
importante en cuatro calles y no más allá, pero resuelve la vida de un minúsculo colectivo. Una radio a favor de los necesitados y no a favor de gusanos que se comen lo mejor del país, para su propia supervivencia y se acuchillan entre ellos mismos. Los gusanos son, en su mayoría, muy verdes por la clorofila de las hojas que engullen… ¡Aclaro! 



El resultado de la endogamia comunicacional radial se traduce en arrodillarse ante una programación sesgada a favor del gobierno o sólo te resta el cierre y la salida…, así de simple…y punto…, y te callas y te puedes ir…, y calladitos todos…, no hablan más,… puntos suspensivos, salte de mi emisora o te arriesgas a que...., luego el hampa común te la aplica ¿no?, nueva estratagema de control.



Lo dramático en la Venezuela de hoy es que, el espectro radiofónico es tan sólo uno más, entre el resto de los medios comunicacionales donde la censura cubre con su gélida telaraña, la verdad de los hechos sociales y las opiniones de la gran mayoría nacional, a favor de falsas verdades, construidas desde los laboratorios especiales de los mandamás nacionales e internacionales. 



La censura es una daga contra la libertad, la justicia, la felicidad y la seguridad integral en Venezuela. Los capitalistas trasnochados, escondidos tras la boina, para ver cuánto dinero agarran, no reconocen que su fortuna no deviene del trabajo denodado por añosssss, levantando una empresa, con trabajadores, sindicatos, competencia en el mercado; sino que son riquezas que devienen del robo, la extorsión, el saqueo a las arcas nacionales y el narcotráfico… 



El resultado de semejante espantapájaros llamados radios comunitarias, ¡el gran engaño al pueblo!..., otro más, entre muchos, con contadas excepciones de personas que más o menos han logrado aproximarse a la cooperación municipal; son unas programaciones para imbéciles y descocados, llenos de vulgaridades, dichas con doble sentido, informaciones sesgadas y musiquita…, si, si, si, mucha musiquita para que el populacho, no piense, no aprenda nada, no se informe y viva en la nada que produce la pobreza…, embojotados en sábanas viejas, acostados o arrastrados en medio de las calles, por más de dos días para alcanzar un producto regulado, en la cola del hambre… ¿Esa era el sueño de Chávez? ¡Por Dios! ¿Quién lo diría, no? Han convertido a la radio en la sumatoria de unas emisoras bestias, sin datos, sin educación, información, noticias, entretenimientos, sin nada de nada. De la nada vivimos hoy en Venezuela…



Pero la historia es indetenible y cursa su rumbo lerdo y certero: Se destruyó el Imperio Romano, se murió el presidente Chávez y todo lo que va a pasar en Venezuela tiene su hora, como el mismo presidente Chávez advirtió, oracularmente, cuando elaboró sus slogans en sus primeras campañas políticas… La hora está cerca y algún día contaremos con una radio para la gente, para la verdad comunitaria, para la democracia y la libertad… 


¡Viva la radio libre, democrática, abierta a todas las tendencias, ideas, propuestas y sin censura en Venezuela!