miércoles, 23 de julio de 2014

#Poema ¿Ahora, quién nos salva?

¿Ahora, quién nos salva?
Para exorcizar demonios 
Y ahora quién podrá acompañarnos al futuro,
Cuando se ha muerto el amor y Dios se ha ido de viaje,
Hemos quedado solos con nosotros mismos,
Lejos de la amistad, unidos al fango infame de la melancolía.


Los hombres y las mujeres se han desleído solos,
Quizás de tanto componerse arrumacos y  amoríos
O de necesitarse más de lo debido,
Mimetizando su ser hasta el vacío,
Se descompuso el barro con que los han construido.

Esta arcilla de la anunciación primigenia
Con que revelaron la humanidad de Adán y después la de Eva
¿Será que se pudrió, ¿Quién va ha decirnos?
¿O fue tan sólo un químico derramado en la tierra?.

Ellas tiemblan al verse  perseguidas
Ellos a veces recuerdan cuanto las querían
Pero hoy no hay flores colgando en los balcones,
Ni coqueteos tímidos por todos los rincones.
Todo se volvió uno circo sin muchos colores.

¿Quizá sea la arcilla que venía de China?
O el agua brava del amasijo vendida en la India,
Pero hoy no se sabe de donde venimos
Si tenemos vecinos o estamos vencidos.

Viva la globalización, ¡tan tierno grito!
Muerte de la historia y de sus contenidos

Recuerdos tristes de un pasado alegre
Se anidan en los libros de un mundo perdido.

No importa el origen, solo sirve el destino
El ser se pudrió, formando la nada,
Cobijas de piel  sobre un mismo sexo
Vomito de espanto para el amor que late en el exilio.

Cambio en la mirada y en el sexo
Limpio el viejo barro en los nuevos rostros
Lo que hoy se ha creado ya no es lo mismo
No hay placer del contrario, somos todos narcisos.

Los hombres ya no son más los mismos hombres
y las mujeres, ellas tampoco ya son las mismas.
Ha muerto el varón y la hembra.
Ellas visten con pantalones de resentimientos
Ellos, se engalanan con zarcillos y perfumes hechos de melancolía.

¡Que viva la moda, pues se ha muerto el ser!
Cuanta alegría presente y sexo por doquier
Autómatas de imágenes, jadeando su hambre
Con rizos pintados y flores de papel.

Viva el artificio y las luces brillantes
Sucio en las ciudades, hambre por doquier
El monje ya no se abruma ante el vagabundo
El loco gobierna cantando un trauma neurótico en soledad.

Con todo, seguimos así, unos mandan y otros obedecen,
Buen destino para los incultos, los pobres y los hambreados.
Y que importa la raza o que importa el color,
Lo único que importa es mandar hasta llegar a Dios,
¡Y cuanto lo envidian mortales infames¡ 
Cuando el destino de la humanidad gira en su mano,
Todos los que morirán  piden clemencia

Como moscas en los albañales,
 Jadeando sus penas, mostrando su asco,
Quieren que él les dé más de lo que ellos entregan.

¿Hasta donde odiarse unos con los otros?,
Por ello,  la muerte se engalana y perfila el bastón
¡Aún hacen falta más guerras y más enfermedades!
¿Hasta donde llegaran los virus en la sangre?,
Será necesario crear muertes más abominables.

Y el pobre de Hitler, tan arrinconado,
Por cocinar personas en sus cacerolas a vapor
Ensayando como limpiar al mundo de judíos,
De negros, de inválidos y también de niños.

Ahora ya no importa el pasado
Porque el futuro se torna a ratos más enrevesado
Ya no sólo matan judíos, pues asesinan a gentes de todas las razas
¿Pero, y qué importancia tiene pensar en la razas
Sí pensando en la muerte se gana más plata ?

Los hombres, ¿cuál hombre? ya no quieren a las mujeres
Y las mujeres ¿ellas? ya tampoco los quieren
Hitler ya no persigue a judíos
Y el barro primigenio por fin ha fenecido.


Triste que el amor se fue con los negocios
Resta el recuerdo del amor vencido,
Hombres con hombres amasan escombros de sus tristezas y exclusiones,
Flotando entre sus músculos gastados e inyectados,
Vomitando la estirpe de un semen enfermo;
Y las mujeres, ahora amanecidas con mujeres revisan el torso de sus cuerpos mutilados,
Asqueados de perfume y envueltos en harapos.

Murió la feminidad, también el macho,
Ser homosexual se volvió la moda
Y los médicos salvajes, perros de guerra, recitan sus odas,
Ofertando prótesis y cortando penes,
Anunciando el semen para masculinizar mujeres.

Ha muerto el amor, ya no hay futuro
Y quien, entonces, recordará la existencia de los que se han ido
Sin infancia, sin deditos pequeños que nos acaricien,
Incineremos, entonces, todos los juguetes.

Se secó el vientre y se aflojó el miembro
El vomito sustituyó el recreo
La gente le rezó al poder
Y Dios ofendido por el desprecio

Después de enloquecer, se llevo la pasión y se alejó corriendo.

Sin duda se marchó, ¿Quién sabe a donde?
Quizás fue hacer un nuevo curso en otra galaxia
Para intentar un ensayo y crear otra raza
De seres más humanos y amantes.

Donde está Dios, ¿quien lo sabe?
Envíen un mensaje a través de un email
Pidiéndole clemencia a todos los Santos
E informando a todos la abdicación inmediata de Dios en el poder.

Y la luna chismosa le enviará un recado
Y él apurado no se diplomará,

Pero ya habrá aprendido a crear una raza
Y vendrá en una estrella a empezar a inventar.

Ya llegó Dios y formó la masacre
Amasando barro teñido con olor a sangre
De aquellos que reclutó en el mundo al regresar de viaje
Pues ahora ya no es el Dios que salva, sino el que manda.
y hoy, si Dios es el que  manda,
¿Donde se quedó el Dios que nos salva...?.





LiterArte: PRELUDIO PARA  HOMORELATOS IDecidí escribir estos...

LiterArte: PRELUDIO PARA  HOMORELATOS I
Decidí escribir estos...
: PRELUDIO  PARA  HOMORELATOS I Decidí escribir estos cuentos más por gusto  y curiosidad que por otra cosa. Hoy que seguramente ya están...

PRELUDIO PARA HOMORRELATOS I Cuando la Homosexualidad tiene algo que decir al otro

PRELUDIO  PARA  HOMORRELATOS I

Cuando la Homosexualidad tiene algo que decir al otro


Decidí escribir estos cuentos más por gusto  y curiosidad que por otra cosa. Hoy que seguramente ya están en manos del lector estos bebes queridos y que han salido del anonimato de mi mente, debo decir que todos ellos son un gran invento mío.  Puede ser que estos Homorrelatos I, desprendan
Portada del libro de cuentos
tufaradas de cotidianidad,  —aquí ya comienzan algunas confidencias con mis lectores —, pero más allá de la cercanía al remolino de la vida diaria, tanto personajes, como trama, son la resulta de mi trabajo como constructora de relatos, de las interacciones del momento en que vivimos y de la fantasía de mi mente.

Cuando entregué el manuscrito al corrector comenzó el tránsito de otro homorrelato, distinto al de los propios cuentos que entregaba en papel. Técnicamente hablando, este hombre que ha trabajado con mis escritos hace más de 10 largos años, me increpó con respecto a la escogencia del tema. ¿Por qué me interesaba el asunto de la homosexualidad entre varones y hembras? La pregunta fue ejecutada con un grado de maledicencia tal, que hubiese servido para iniciar un cuento de terror o policíaco, tal
vez?. Pero lo que me removió las entrañas no fue tan sólo el contenido de sus inquisitivas interrogaciones, tanto como el tono que usó para increparme. Uso una estúpida mezcla entre curiosidad, desencanto, inquisición y decepción salpimentado con algo de un patético sarcasmo, el cual sirvió de marco comunicacional para el interrogatorio sobre mis escritos y mis nuevas preferencias sexuales descubiertas por él, según las especulaciones perniciosas de sus inventos, salidos del ombligo de la decepción que se le derramaba por la mirada.

Creo que nunca me sentí tan abochornada, enjuiciada, maltratada y tan excluida en mi vida como en aquel segundo cuando ese hombrecito enjuto me formuló la pregunta sobre mis preferencias sexuales. Luego, remató su sarcástico comentario ratificándome que sus hijas, las cuales me las imaginé idénticas a las
Las horrendas y envidiosas hijas
del corrector
hermanastras de la cenicienta, feas, gordas y envidiosas, le comentaron que era imposible que yo no fuese lesbiana para escribir estos relatos. Confieso que mi respuesta fue el resultado de la rabia que me produjo tanta libertina especulación e ignorancia por parte de este homofóbico trabajador. La ignorancia y la intolerancia ante la diferencia traspasan títulos universitarios, experiencia laboral y  ética.

Si los escritores ejecutásemos en nuestra vida el parlamento y el recorrido de nuestros personajes e historietas, imagínense a los grandes maestros del  terror y del suspenso, asesinando y destruyendo por esos mundos de Dios in illo tempore. Imposible el surgimiento de la clonación, si el monstruo del doctor Frankenstein fantaseado por la escritora
La literatura como preludio
de la ciencia del clon
Mary Shelley, hubiesen sido reales. Lo cierto es que en el campo del terror y el homicidio los escritores de estos temas no hubiesen podido narrar ni una sola letra como consecuencia de asumir sus delictivas y monstruosas acciones. Así comenzó este recorrido, sintiendo el látigo de la crítica y la intolerancia en carne propia. Luego decidí acorazarme contra todo lo que presuntamente se venía por delante y en aras del arte presento ante ustedes estos cinco relatos que giran en torno a la homosexualidad.

Escribir Homorrelatos I, (le coloque número porque aún necesito seguir con el II) supuso una pequeña aproximación hacia lo misterioso y desconocido de las interioridades humanas. La homosexualidad (de varones y
hembras) se encuentra en la historia universal a través de grandes y pequeños personajes, pasajes, mitos, modismos y situaciones diversas. El tema responde a una trama añeja pero que emerge continuamente renovada en cada generación, cultura, sociedad, y que por su talante de “humano o más bien, muy humano” reencarna permanentemente.

Homorrelatos I está formado cinco cuentos con elementos disimiles, pluralidad de matices, antinomias, desencuentros y paradojas, presentes en los valores y situaciones de las relaciones humanas de este tiempo y sociedad. Ambientes  donde comparecen la infidelidad, la prostitución, el exhibicionismo, la traición, el desamor, la incapacidad de cambio, la dignidad, la valentía, ira, miedo y  el propio gigante del
amor, se develan a lo largo de estas cortas narraciones que toman diversos tonos a la hora de ser mostrados al público. La épica, la comedia, la tragedia y la lírica se conjugan y empalman en cada una de las narraciones, para mostrar el diverso popurrí emocional, ético, racional, societal que constituye las relaciones homosexuales entre los humanos.

A nivel planetario se ha aceptado la homosexualidad como parte de la vida contemporánea, sin los tabúes y limitaciones infinitas del pasado. En Nepal, por ejemplo, hace pocos días se institucionalizó  la ciudadanía del tercer género como parte de la identificación oficial. El matrimonio entre homosexuales tiene décadas funcionando como una realidad en el bloque Europeo y los derechos del colectivo (LGBTI)  lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, intersexuales; cada vez, con más ahínco, forman parte de la agenda del desarrollo, tanto como la equidad de género para la mujer, el analfabetismo o el equilibrio ambiental.


Verdaderamente me inquieta la gallardía con la que la que esta comunidad enfrenta las exclusiones, tabúes y enfermedades a la que ha estado sometida en África,  América Latina y particularmente en Venezuela, donde la sociedad acepta un grado de libertad “simulada” ante el hecho de ser homosexual, pero actúa con el anacronismo axiológico, los procedimientos y la base legal del pasado. No se ha llegado al siglo XXI en la discusión del tema en Venezuela, ni tampoco a nivel planetario. Por ejemplo, aún existen lugares en los que las relaciones homosexuales pueden llegar a suponer la pena de muerte como ocurre en  Arabia Saudí, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen y en regiones de Nigeria y Somalia.

Aunado a ello, está la desgracia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), considerada una pandemia a nivel planetario y cuyos orígenes, tanto como la cura, se encuentran sepultados en los grandes laboratorios de las trasnacionales, la cual
resultó una de las plagas más monstruosas de la sociedad actual y cuyo desenlace no está contemplada en la agenda de resolución de los problemas de los países desarrollados y en los organismos de seguridad de las grandes potencias energéticas.

Por otra parte, Homorrelatos I se sitúa en escenarios constituidos por instituciones y organizaciones diversas: la organización militar, la familia, la empresa, el club y los lugares de diversión y esparcimiento femenino; que hasta el presente en Venezuela y en muchos lugares del mundo, no han conseguido la ecología propia y la suficiente fuerza moral para una discusión seria, democrática y abierta que incluya los motivos y los códigos de ética adecuados, en un contexto de justicia y libertad.

El título del texto Homorrelatos I da cuenta y apertura a una sucesión de cuentos que seguirán con la creación de episodios en la materia donde la incertidumbre y las asimetrías marcaran la pauta narrativa. Sin duda, la sociedad actual aporta materia prima abundante para dicho cometido que
prácticamente, se torna imposible de rechazar por lo inverosímil, cotidiano y cercano de los hechos que se presentan diariamente en Venezuela. El colectivo (LGBTI) avanza hacia su comparecencia e independencia cada día, con mayor ahínco y se muestra sin los tabúes pretéritos.

Pero si vuelo desde lo meramente artístico hacia las elucubraciones de la lechuza de Minerva me encuentro, como científico social, que somos amantes y buscadores del saber por lo cual me veo obligada a un acercamiento hacia mi objeto
o sujeto de estudio. El que quiere conocer se aproxima hacia el conocimiento ya que el proceso pocas veces se da a la inversa. La manzana no se desplazó por qué Newton la estaba observado. Él, simplemente estaba allí, la vio caer y desde ese evento nació la física moderna. Newton la estaba observando.

Confieso que escribir  Homorrelatos I ha constituido una experiencia profundamente interesante pues me ha permitido aproximarme hasta eventos, situaciones, organizaciones y personas sin mis tradicionales “viseras o anteojos” y por tanto, he podido comprender mejor la fuerza de la naturaleza humana y el mundo en el que vivo. El respeto por la verdad del otro sujeto abre paso a la investigación en ciencias sociales y a la tolerancia de la sociedad del siglo XXI.

Finalmente, confieso que si algún personaje me cautivó en estas cortas narraciones  fue la sabia
Atenea, la madrina viajera de Sebastián, el niño probeta, hijo de la pareja homosexual, la cual asumió la responsabilidad de explicarle al pequeño niño su origen diferencial y la homosexualidad de sus progenitores. Considero que en la actualidad están creciendo muchos niños como Sebastián, resultado de la tecnología y de la necesidad de las parejas homosexuales en perpetuarse a través de los hijos. 

Creo que la sociedad contemporánea requiere hurgar en toda su fuerza moral, más que en la sabiduría de la poderosa y legendaria diosa
Atenea, para enfrentar tales retos frente al cambio, de cara a los paradigmas sexuales del nuevo milenio, al cual la humanidad se integra con timidez, provisto con una tecnología desalojada de la moral.

Es mi intención que disfruten de esta obra tanto como lo he hecho yo escribiéndola y que peregrinos e itinerantes estos Homorrelatos I sean de su agrado, para criticar, reflexionar, cambiar y acometer un mundo más ético y amable para todos nosotros. 

Damas y caballeros lectores del mundo espero disfruten de la obra.


María Josefina Mas
Doctora en Ciencias Sociales



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publica mente su sexualidad














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Podríamos superar las estructurales diferencias en la sociedad de hoy???
Y en Venezuela? No sólo para la homosexualidad sino para la política???