viernes, 24 de mayo de 2019

LA ESQUELA DE ORO DE LA VIRGEN MARÍA AUXILIADORA Y UNA VOCACIÓN SANTA

LA ESQUELA DE ORO DE LA VIRGEN MARÍA AUXILIADORA Y UNA VOCACIÓN SANTA
 Fiesta 24 de Mayo

Virgen Santisima María Auxiliadora



Tengo muchos años dedicando mi trabajo a formar a las personas en las universidades de Venezuela. Nunca pensé, ni quise, ser docente. Pero la vida te empuja, o más bien, te abre el camino de forma sutil, cariñosa, suave, como una bocanada de brisa fresca hacia lugares donde no te han llevado tus metas de antaño. Por supuesto, por aquellos años, de dinero poco y en estos tiempo nada, pero no me arrepiento de lo vivido en el campo de la educación porque he aprendido mucho y he querido mucho también con la gente que he podido compartir pizarras, tizas y borradores. Hoy, la mayoría de mis amigos han sido alumnos míos. Nunca los vi como fichas de negocios o con el propósito de "ver que les saco". Eso es de marginales, oportunistas...; que ojito, de ésos hay muchos por los flamantes institutos gubernamentales de Venezuela.

Disfruté las clases en el IUTOMS pues me encontré con personas maravillosas y muy ricas aunque vinieran del barrio más intrincado de Caracas. ¡Cuántos grandes amigos tengo en el Guarataro caraqueño, en Cotiza, Casalta, Catía, 23 de Enero, Antímano y en las casitas aledañas de la carretera vieja de la Guaira!..., muchos. Me jubilé del IUTOMS porque un estudiante me sacó un revólver pues le quité la consabida chuleta…, que demás está decir…, yo era el terror de los chuleteros, pues mi instinto felino me permitía cazarla de inmediato, je je je. Ese evento negro me enfrentó a las claves de la desintegración social que adelantaba el país hace 20 años ya... ¡Cuánto tiempo! y aún estamos aquí pagando las culpas de los desatinos de antaño, porque las desgracias presentes son NUESTRA EXCLUSIVA CONSTRUCCIÓN. Tu no entras a mi casa si yo no te lo permito y por allí arranca el jolgorio discursivo de la crítica de los que acontece hoy en Venezuela.


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Pero vamos..., hablemos de la Virgen, pues, sin perderme en cuentos de antaño...,  éso es de viejos y yo soy un pimpollo..., je je je. Siempre en la labor educativa y docente la Virgen María Auxiliadora fue mi faro guía, mi centro, la fuerza, el conocimiento mismo. Soy adicta a saber..., una adicción perniciosa, como todas. Mientras estaba estudiando para la tesis doctoral, me tranqué en mi estudio, casi por tres meses, sin ver la luz del sol. Mi esposo, angustiado por el encierro, logró liberarme y meterme en casa de mi madre por un tiempo. Ella concluyó categóricamente y sin escuchar otra voz: - Aquí no se estudia más-, y asunto de la adicción a los libros concluido. Pasó el tiempo, un mes y me enfrié, volví a mi casa de Caracas y, finalmente, entré al cuarto de estudio. Comencé a desempolvar los libros, los escritos, la máquina. Y cuando ya había revisado bien el lugar, sin haber nada nada sobre la mesa más que libros gordos y cuadernos de muñequitos; de pronto, como por arte de magía, encontré sobre la escritorio un pergamino muy pequeño, escrito en letras doradas, que resultó oro cuando a la postre lo mande a investigar. El mismo  decía:



No es la fuerza sino la fe lo que conduce a grandes descubrimientos...

Entonces, un aroma intensa a flores entró por la ventana y una suave y fresca brisa me arremolinó los cachetes. Me llené de escarcha dorada de cabeza a pies. Todo en mi cambió. La angustia se fue, ya no sentí más culpable de mi ignorancia, de mi no saber, de los libros que nunca leeré, del no contar con todo el conocimiento. La esquela dorada era un mensaje de María Auxiliadora. Aún, sigo en la brega académica a pesar de los pesares. He tenido grandes maestros que me han enseñado letras y moral. Un Maza Zavala, un Emeterio Gómez, un Sabino, una Miriam Balestrini, un Roberto Ferrero, Rafael Álvarez, Elizabeth Martínez…, tantos otros;  a quienes les doy las gracias en un día santo como hoy, estén vivos o muertos. Sé que la Virgen María Auxiliadora los puso benditamente en mi camino. ¡Ojalá puedan leer estas líneas! Sin contar con el ejército de alumnos maravillosos, estudiosos que he tenido, tanto como los malosos que son los que más necesitan de ayuda espiritual, a ver si cambian y se ilustran un poquito.


No todos los estudiantes son inteligentes, al menos para las materias que enseñamos. Hay inteligencias diferenciales, particulares, incluso, desconocidas para los maestros. ¡No hay muchacho bruto!, sólo que no hay docente que pueda conocer a totalidad la profundidad de la intelectualidad de sus alumnos. La masificación desgracia a la educación, pues no te da tiempo en enseñar a cada uno. Yo, por ejemplo, soy una bestia en cálculo, pero un hacha en las curvas macro y micro económicas. Por eso siempre le pedía a la Virgen María Auxiliadora que apoye a todo el claustro académico.  Así vamos, por la andadura de  la docencia en Venezuela, con mucha mística y con los zapatos rotos. Estamos muy mal pagados, solos, arrinconados..., como decían por allí, invisivilizados para los responsables de la Educación Nacional, pero presentes en el alma de los estudiantes, de la Virgen y de la patria. Y cuando me pongo patriotera me despido...

Feliz Día de María Auxiliadora...