miércoles, 2 de septiembre de 2015

CHULO EN LA RED Y LAS JUSTICIERAS DEL TWITTER



CHULO EN LA RED Y LAS JUSTICIERAS DEL TWITTER

Me canso cuando escribo tanto y naufrago en la espesura nebulosa de la turbulencia de las letras y las ideas aciagas…; las historias que se pierden, las hojas de papel que se secan en la gaveta, tanto como las de los árboles quebradas tras el ardiente sol del mediodía. Una suerte de somnífero del alma que me atrapa y requiero regresar al mundo real…al mundo de los vivos. Es entonces cuando voy al chat…conectando y en contacto…1, 2,…3…; Fue allí, donde conocí al galán de Juan Rondón.

Dijo tener 50 y yo le creí. Mando una foto, muy buenmozo y se prendió en mi corazón, pero fueron sus palabras tibias, su cándida conversación, el esfuerzo por parecerme interesante lo que me
cautivó. Parecía un ejecutivo de mundo, un verdadero CEO de negocios globales, el cual hacia un alto en su apretada agenda para gialogar en el remanso de mis ideas y palabras. 

Nuestras conversaciones en la red eran largas y anchas…muchas horas …Yo en el mismo sitio y él…; bueno, por el mundo… Hong Kong…Enviaba fotos desayunando en el mercado de China… En New York… almorzando en el museo Metropolitano. Un chocolate en País y un coñac en Madrid. Me hablaba desde todos los lares que visitaba.

Juan Rondón me tenía flotando más allá de lo conocido…representaba para mí el ángel de la liberación…junto a sus letras me exorcizaba de los problemas con los hijos y de la mediocridad de los quehaceres de la casa; en fin, en su mundo me sentía viva y exitosa, como si todo cuanto hubiese deseado en la vida me hubiese llegado como por golpe de gracia, a través de las deliciosas e inteligentes palabras y reflexiones de mi Don Juan Rondón…Tantos selfies, tarjetas, tanto amor…tanto, tanto. 

Así pasaron cuatro intensos meses donde nos conocíamos hasta los tuétanos, en minutos de cálidos de encuentros…deseaba la mañana y la madrugada para toparme con su nombre en la red, la sutileza de su inteligencia perspicaz y despierta, sus erotismos magistrales…me excitaba con sus palabras…avivaba mi deseo y elevaba mi pasión…cuanta intensidad… sensualidad…
Supuse que era amor… Un día, como de costumbre, entré a la red y no salió a mi encuentro…No hubo saludo, ni tampoco un tímido mensaje. Pensé que algo le había sucedido…

Entonces enloquecí. Mi mente se desarticulo. Algo muy raro y malo seguramente le había pasado. Busqué las noticias y revisé todos los accidentes en las líneas áreas del mundo, tanto como las listas de pasajeros. ¡Aleluya!...Juan Rondón no volaba en ese avión… ¿Que será, que será? La angustia me retiró el sueño y el hambre… casi enloquecí. No tuve opción y solté unos furtivos mensajes por las redes del twitter: ¿Lo conocen, lo han visto, saben de su paradero?...Llegaron varios mensajes
directos: ¡Cuidado y más cuidado!; yo pensé que estaba muerto, por los mensajes directos mi alma desmayó. Los datos recibidos no eran muy buenos…seguí buscando… 

Yo cuido muy bien a mis seguidores,…no sólo nos contactamos sino que somos amigos…compartimos de verdad. A pesar de la
voluminosa magnitud de personas que hay en mi twitter, a todas las conozco y comparto con ellos. Han sido mi familia durante los años de la viudez, la soledad y el destierro… ¡De pronto! Apareció Juan Rondón… ¡Cuanta alegría!; ¡Cuanta duda!...

Regresó más dulce que nunca, después de quince días de ahogada desesperanza. Llegó con letras cabizbajas…Según, hubo retraso en los negocios, agotado el flujo de caja. Luego, pasamos a un intenso erotismo y
finalmente, había que darle punto y final a tanta espera. Nos encontraríamos en Venezuela…pero ya…mañana mismo…Después ahogo comunicacional: - Como nos veremos pronto transfiéreme cinco mil dólares y te lo regreso mañana-; dijo el hombre. En este punto se me quemó el amor. Pero algo me alertó que siguiera, no soy la jefa de los ilícitos cambiarios del gobierno sólo por hobbies. 

Ejecuté la transferencia en la red pero nunca en efectivo. A partir de allí sabía que sólo en diez días se daría cuenta de mi tramoya y, efectivamente, presencie con dolor su ausencia. Finalmente apareció ahogado, perturbado, preguntando, cuál había sido el problema para el no recargo…En este punto esclarecí mi rol en el mundo financiero, invitándolo a que tomara el dinero en persona…Hubo silencio y después de varias horas, aceptación. Se acordó hora y lugar para la cita. Yo por mi parte hice lo mío…

Al mediodía la semana se abrió brillante y un fulano rubio, muy parecido al de las fotos enviadas, compareció con maletín en el banco. Repetí la historia y le entregue dinero falso. Le invite un café pero estaba apurado. Lo seguimos, mientras tomó un auto donde varios hombres lo esperaban. Al cruzar la esquina un ejército de twitteras los estaba esperando. Fue una furia incontenible lo que se derramó. A todos los hombres los lincharon por chulos y ladrones. De ellos no quedó ni un botón…


Cuidado con las redes pues hay mucho chulo en la web… De Juan Rondón y sus amigos no sobrevivió ni el alma. Yo regresé a las teclas y mustiamente recordé una estrofa de Féliz Romero…escritor…crítico y traductor español:



"Escribo porque tengo miedo. Escribo para imponer mi versión de los hechos o contar mi versión de la historia. Escribo para levantarme cuando quiera o acostarme cuando lo desee. Escribo por fascinación. Escribo para ser feliz. Escribo para saber cómo escribo. Escribo para que se publique lo que escribo. Escribo para seducir. Escribo para ser apreciado. Escribo para existir. Escribo para ser visible. Escribo para despertarme cada día en un lugar del mundo. Escribo para seguir vivo. Escribo porque no me reconozco en las fotografías. Escribo para saber lo que pienso. Escribo para perder el sentido. Escribo porque busco el sentido...".



El diario de PSICOSIS En el callejón de los muertos

El diario de PSICOSIS
En el callejón de los muertos
 UNA HISTORIA VERDADERA

No es fiesta es, más bien, psicosis vecinal. La vieja, que desde que recuerde ha vivido en la casa de enfrente, se está muriendo. Por ello, su hija calva enloqueció. Lo que narro es la vida misma, nunca invento, ni siquiera para los lectores. Soy una escritora del drama real de la existencia.

Sale el sol, una se levanta y aterriza en el patio delantero y disfruta del pequeño jardincito herencia de la abuela. Intenta regar y, generalmente, nunca hay agua por estos lares. Por eso, el día que el preciado líquido aparece, suelto unas pocas, enjutas y terrosas góticas de agua;… una aprovecha la jugada y rocía agua en forma indiscriminada.

Me concentré en las flores tornasoladas de la enredadera, la candidez mística de los helechos, en fin, en el sutil arrullo de la clorofila cerca de todos los poros de mi piel. Alegremente abrí la verja, saque la manguera y enjuagué un poco la acera. Con prisa, como para sosegar el polvo seco y tranca garganta, rocié unos chorruelos hacia el frente de mi acera, justamente de cara al pontón principal de mi casa, como exorcizando el camino. Un pequeño riego refrescante…que apenas si humedeció la calle abrazada del calor madrugador… ¿¡Dios!, para que fue eso?...

Terminé mis movimientos con la manguera verdolaga, la
enrolle como culebra que busca sueño y llegué a la cocina a retomar el segundo café de la mañana…Se imaginarán que cuando amaneces a las cuatro de la madrugada, las siete, son casi medio día. Así pasó algún tiempo que no recuerdo bien su magnitud hasta que empezó el embrollo.


Tomé la escritura y de ¡pronto!, algo sentí…como un alarido de hiena. Asomé mi ojo cazador a través del vidrio, en el cual, yo domino el exterior sin que los otros puedan verme a mí. Lamento decirles que mi mirada se rozó con psicosis pues era ella la del escandalazo del callejón.



Psicosis es el alias que le di al vejestorio hija de la moribunda. Ella, gritaba esquizofrénicamente porque se percató que yo había tendido con un poco de agua limpia en
Psicosis mirándome por la reja
el medio de la calle que está, para lamento mío, frente a la puerta de la suya. La calva, porque además de fea es pelona, andaba furibunda, como si se le hubiese metido el propio diablo en el cuerpo, lavando su acera con desespero. Con gran ira, tomó un tobo con agua y lo lanzó frente a mi portal. En la calle, por supuesto, de lo contrario Dios sabe cuanta sangre hubiese corrido por las aceras esta mañana si me lo percute en mi puerta… Parecía una perra brava. Su
madre, la vieja bruja, chismosa y enredadora…; por culpa de su lengua y chismes mal sanos, han habido hasta asesinatos en el callejón donde vivo… Les dije que estas moscas muertas de mis vecinas son maldición gitana…; vomito del diablo…; la vieja secundaba por la espalda a Psicosis como el espíritu malo que es.




Yo vigilé todo el crítico terror desde el interior de las ventanas ahumadas de mi casa. Sus gritos taladraban lo profundo de mi hogar cuando se percató que yo había
baldeado mi frente. Y es de piedra, señoras y señores… En instantes medité que hacer detrás de la ventana ¿Qué hacer?...Salgo o me quedo espiandola… Con la rabia tapiándome la garganta…


Miré el hacha con la que corto los palos del jardín. Lucia estilizada y hermosa, tímidamente acomodada tras la puerta, como señorita en espera del amante. Aulló más alaridos que cortaron el silencio de las nueve de la
mañana…hora en que supuestamente yo no estoy en casa…La calva es una sirvienta que piensa que mi propiedad vive de día a merced de su locura en horas de oficina. Típico de la gente pobre y corriente, con el horario popular en la mente.




Gritaba que unas horrendas defecaciones habían sido puestas por mi flamante persona en la esquina de su casa, vivienda que al igual que la mía, linda con la calle principal, donde pululan todo tipo de transeúntes tira basura, animalitos de la calle y demandantes de las cochinadas y
porquerías que sus propios inquilinos venden. Ella, vestía la misma ropa de poliéster pegajoso de siempre, chanclas petroleras…sus piernas venosas, sus patas calludas…que deprimente espectáculo. Toda ella es una demoniaca alucinación, así sean la diez de la mañana y se le postre al lado San Miguel Arcángel en persona.

Yo asida como ventosa tras mi ventana acariciaba con mi pupila el hacha y el pico con el que, diariamente, destrozo lo troncos del jardín. Me imaginé tomándolo. Abriría las puertas de mi casa con tranquilidad y saldría rápido, parándomele justo al lado de la histérica vecina. Ella,
seguramente, intentaría alejarse o resguardarse en lo profundo de su casa cuando percibiera mi aura criminal, pero yo estructuraría la operación bloqueándole la entrada de su puerta desde el principio.

Sin dar tiempo a nada y aprovechando la sorpresa del momento y el susto, con la adrenalina acelerada, yo, con pétrea tranquilidad, levantaría el hacha y se la incrustaría
brutalmente en la cabeza a esa bestia vecinal. ¡Santo Cristo!... Como disfrutaría los chorros de sangre bañando su feo rostro, el aflojar de su cuerpo, desvaneciéndose en la acera que ahora, si estaba sucia con la hediondez de su sangre asquerosa. Finalmente, me daría la vuelta y penetraría el interior de mi residencia. Una vez allí, en la candidez del hogar seguro, me dirigiría a la cocina, abriría la nevera y me serviría un dulce y espesito jugo de lechosa madura, un néctar para guerreros triunfadores. Seguidamente me lavaría las manos para mitigar la pestilencia de la basura que estuvo cerca de mí y, finalmente, correría al despacho a escribir estas rayuelas sin sentido. Cuanta frustración por el anhelo no cumplido….Psicosis…, al parecer, terminó su manicomio matutino.

Al mediodía ya mi ira corría libre por mis venas…Psicosis amenazó mañaneramente con halarme por las mechas…matarme…Claro tiene rencor de mi frondosa melena…no es para menos…la envidia de una calva fea…un desperfecto de la naturaleza. 


Ella rivaliza hasta con las iguanas, las culebras…, todas éstas son bellas en su especie…pero a ella sólo le queda el suicidio…quizás ayudo a la muy cobarde para que no sufra más con tanta indigna horripilancia… A lo mejor un día de éstos le hago la caridad y terminó clavándole el pico de mi hacha en la cabeza…

Espero con anhelo ese día, lectores míos…lo espero de verdad