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miércoles, 22 de septiembre de 2021
Reto literario para los que desean la práctica de una buena narrativa
1. Facilitar la argumentación.
CRUENTUS
CRUENTUS
Por: Johana Padrón
Son
las 6:00 de la mañana y suena a todo pulmón el xilófono, tilín tilín a través
de la radio antigua, que se encuentra en una esquina de la mesa de madera, en
la cocina de la casa. Tilín tilín, anunciando que el noticiero Radio Rumbos
había comenzado, con su característico lenguaje coloquial, muy pintoresco, anunciaba las noticias
relevantes del día; al unísono rechinaban los barrotes de metal de la escalera
de la casa, producto del golpe que les infringía una niña de 6 años, quién
trataba de emular el tilín tilín, y que repetía cual lorito, Notirumbo informa;
así de lunes a viernes, ese era su despertar cada mañana durante las vacaciones
escolares, en aquella ciudad andina.
Invidia…
(Envidia), Político, nacido en Géminis. Condenado a una muerte por
desollamiento, consistía en remover cada milímetro de piel de la persona. De
una manera muy lenta, siendo una muerte sanguinaria y extremadamente dolorosa.
Eran cuerpos y más cuerpos, letreros y letreros, miserias
humanas, sacrificios, castigos, descripciones de pecados, y sus condenas a
muertes, en la hoguera: encendidos en fuego con vida hasta que sus carnes se
incineraran y se volvieran cenizas, polvo eres, polvo te convertirás; lanzados
a las bestias: en una lucha mortífera, sin escapatoria contra los leones
despiadados, hasta ser desmembrados y devorados. En la rueda: amarrados a una
rueda de piedra giratoria, mientras un verdugo les infringía golpes certeros a
su cuerpo, quebrando cada hueso, hasta que por fin la muerte se apiadará del
pecador, otorgándole el último aliento.
Los cuerpos adornaban el camino de tierra, como si fueran
troncos provenientes del territorio de Hades, el Inframundo.
La niña cuyo paso era el de un autómata, comenzó a
balbucear en un perfecto latín: Pater Noster, qui es in Caelis, sanctificetur
nomen tuum adveniat regnum tuum fiat voluntas tua...pero su rezo se enmudeció
cuando frente a sus ojos vio tres astas de madera, tan altas que parecían
acariciar la luna de sangre. De cada asta pendía una persona, eran tres
sentenciados a muerte.
En la primera asta, una mujer de tez morena, estatura
alta, esbelta, muy atractiva. Su vestimenta denotaba que descendía de un alto
linaje. En sus pies estaba clavado el fatídico letrero, que al traducirlo al
castellano decía: abogada, nacida en escorpión, impulsiva, temperamental,
soltera, dueña de la verdad. Ella morirá por su Terquedad. Condenada a morir
bajo la gota china. Pena de muerte, que consistía en inmovilizar a una persona
en decúbito supino —tumbado boca arriba—, de modo que le cayera sobre la frente,
una gota de agua fría cada cinco segundos. Tortura que produce un dolor
físico lacerante y enajena mentalmente a la persona, hasta causar su muerte.
En la segunda asta, una mujer de tez blanca, estatura
baja, escéptica, realista, de una belleza relativa, contextura media. En sus
pies no podía faltar su letrero: economista, casada, madre de tres hijos,
dudaba de todo y de todos. Nacida en Tauro. Ella morirá por su desconfianza.
Condenada a morir en la horca, una soga se amarrara al cuello de la persona,
haciendo suspender su cuerpo hasta el estrangulamiento, cuando la asfixia no
permita la llegada del oxígeno al cerebro.
En la tercera, un hombre de tez morena, cabello corto muy
crespo, poco agraciado físicamente, soñador, inteligente, contextura delgada.
En su letrero se leía: atleta elite, lo fueron a robar y le dieron un tiro, lo
cual lo dejo lesionado de por vida, profesor de educación física, padre de
cuatro hijos, no ha tenido suerte en la vida. Él morirá por su rencor.
Condenado a morir por lapidación: la persona será amarrada, cubierta con un
manto y una multitud a su alrededor le lanzará piedras, hasta que uno de los
golpes que le infrinjan sea mortal.
La niña estaba petrificada, su lengua le ardía, su saliva
tenía un sabor metálico, era sangre, su boca se llenaba de sangre, los ojos
casi sin vida de la niña comienzan a llorar, lágrimas rojas, lágrimas de
sangre, la niña casi sin voz, repite la frase que la multitud a su lado coreaba
como un canto sagrado, un canto mortal: " Morituri te salutant".. Los
que van a morir te saludan... El aliento de la niña se desvanece, el oxígeno
comienza a faltarle, la niña se arrodilla en su charco de sangre, de frente a
los tres condenados a morir y dice: soy yo, yo estoy muriendo, ustedes son mis
miserias humanas, la terquedad, la desconfianza y el rencor...los que van a
morir te saludan...
La niña despierta de un sueño profundo, cómo si hubiese
estado en un coma inducido, abre sus ojos, y está acostada en el patio de la
casa de su abuela, arriba del manto de tiza, del juego de pisé con los números
escritos. Su abuelita acaricia su rostro y preocupada le pregunta: " ¿Rosaly,
estás bien?, te encontré aquí, desmayada"... La niña responde: si
abuelita, solo fue una terrible pesadilla, ya pasó.
La niña toma la mano de su abuela y la acompaña a la habitación.
La abuela le dice: Querida nieta, cuando tengas edad ve a este hermoso pueblo,
es una ciudad italiana se llama Aquileia...
La niña aterrorizada observa la postal en la mano de su
abuela, es la imagen de Aquileia, y por la parte posterior se lee: "
Miseriis Humanis". Cruentus...