La Luna del Polvorín
y por eso el
sol de Aragua
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Rafael Luna de Polvorin |
¡Cuidado!, mucho cuidado y no se confunda mi querido
lector que no se trata de la luna en femenino. ¡No!. No es la compañera
enamoradísima de la tierra que coquetea y asoma su rostro a trozos para dar
lumbre a ciertos enamorados y mortales. ¡No señor! Mi escrito versa sobre una
Luna varón, una Luna macho. Esta narración es sobre un hombre de apellido Luna que
a lo largo de los
años ha regado con trabajo duro y esfuerzo denodado la tierra
de sus antepasados y de sus herederos en una parcela de su propiedad, ubicada
en la ruta hacia la población del Polvorín, en nuestro querido Estado Aragua.
Luna es hombre recio hecho para la brega y
amante de
la naturaleza y de su familia. Y cuando me refiero a su familia entiéndanla
como la ampliada, es decir, tendrán que incluir visitantes, clientes y además,
todos sus animales que son varios y de diversas especies. En la finca de Don
Rafael Luna será cordialmente recibido por una imponente manada de perros que
moviéndote la cola le darán la bienvenida. Pero entérese, ese
amor muere en el
ocaso, porque después de las seis y media de la tarde puede buscarse un
problema si entra sin avisar y sin que el señor Luna organice su jauría de
perros de todas las razas. A Don Rafael Luna le gustan todos los animales: con
pelos, plumas, pequeños, grandes y
pare usted de contar. En algún tiempo, él,
se dedicó a la ganadería, a la cría de caballos estelares y cuando los fines de
semana el compadrazgo llamaba, hasta los toros quedaron coleados por los bríos
de Don Rafael Luna. Este hombre nacido y criado en las tierras que hacen límite
en la ruta hacia el Polvorín de Turmero está hecho para renovar la vida rural.
Su fauna es variada. A veces hay ardillas que comen
pan con leche y suben y bajan a través de los pantalones de los visitantes
ofreciéndote alguna hojita y revisándoles los bolsillos a los compradores de su
colorido y multioloroso vivero. Constituye el popurrí tornasolado de luces y
plantas que conforman su gran escenario para recibir a los visitantes. Otras
veces son los loros que cantan, bailan y hablan de política si usted introduce
el tema cerca de los emplumados.. Por
cierto, algunos están a favor del
gobierno cantando Chávez corazón del pueblo… y otros de la oposición diciendo Hay
una camino… Luna ha cuidado el equilibrio político entre sus loros. También
supe de un zamuro que fue, durante algún tiempo, su mascota y cuando vio su
adultez lo visitaba permanentemente aunque él decretó su libertad total, pues
ningún animal está preso en los límites de la tierra del señor Luna. Igualmente
se cuentan cochinos rescatados de los ríos que terminan comportándose como
perros y hay que mencionar al
inconmensurable Neptuno, un rottweiler negro, con ojos y dentadura de infierno, mansito como
un bebé, que saludaba mientras todo el mundo se petrificaba de espanto, con los
ojos cerrados por varios instantes. Neptuno era un monumento canino. Un perro
de raza perfecto. Un ejemplar de concurso tan hermoso como las perfectas rosas
rojas del señor Luna.
Pero las virtudes de este hombre de campo no se agotan
en las fronteras de la veterinaria, la cría, la pesca y el manejo de todo tipo
de animales, grandes y pequeños. Su fama le trascendió y lo
sobrepasó desde
hace varios años atrás, cuando la Universidad Central de Venezuela y otras
Academias científicas lo catalogaron como el “ingeniero de la naturaleza” y más
aún. Se ha hecho acreedor de metáforas como “artista de la naturaleza”. Imagino
que en este punto el querido lector se preguntará si
estas denominaciones
responden a una verdad fáctica o son puras imaginerías o charlatanerías de
pueblo. Sepa mi alucinado lector que la prueba empírica, cierta, real y
viviente de tales denominaciones comparecieron ante mí en el momento que fui
llevada frente a un árbol raro. El señor Luna sacó su afilada navaja del
pantalón y me dio a probar mandarina, pero
del mismo árbol desprendió una
naranja resplandecientemente amarilla como el sol denominada California, grande
y jugosa. Luego, tomó del mismo árbol una naranja más modesta poseedora de un
sabrosito jugo dulce y para cerrar con broche de oro la polifonía cítrica del heterogéneo
árbol, me invitó a que abriera mi mochila y vació un centenar de limones, unos
criollos y otros más grandes, de fuerte olor para que la prueba de mis
investigaciones fuese
patentada con agua y azúcar. Don Luna es un verdadero
doctor de la sabia y del injerto en plantas y sus cítricos le han conferido
premios municipales el día del árbol y en varias oportunidades patrias. El dedo
verde lo llamé yo, el hombre sabia lo denominó el otro ingeniero que me
acompañó y quedó extasiado ante la perfección natural de sus árboles, flores y
demás plantaciones.
Finalmente, es un deleite sus explicaciones sobre las
plantas ornamentales, particularmente, los rosales. Hay una intensa variedad de
rosas que me hacen enajenarme ante la fuerte belleza de la naturaleza florida,
cuando Rafael Luna nos invita a contemplar su plantación de rosales y arbustos
exóticos. Es como contemplar un cuadro de Claude Monet, un estallido de
colores, un deleite y un relax vislumbrar su campo de rosales. Es una obra de
arte. Me suenan acordes internos de los antepasados que aún reclaman notas desde
el siglo XX español. Suenan en mi cabeza acordes del pasodoble “Luna de España”
interpretado, primeramente, en la comedia musical “Hoy como Ayer” en 1945. Aún![]() |
Marujita Diaz Y "Luna de España" |
La Luna es un varón
Y por eso el sol de Aragua
Anda que bebe los vientos
Por si el hombre se emborracha.
Como la Luna sale tanto de noche
Una amante le aguarda en cada esquina
Luna, Luna de Aragua, cascabelero,
Luna de ojos de río cara morena…Y Olé
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Luna de Aragua |
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Rafael Luna y su perro Picaso |
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La coplera de Aragua |
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