domingo, 5 de octubre de 2014

Hollywood en Aragua, María Conchita Alonso la despropiada o el empleo de la abuela

Hollywood en Aragua,
María Conchita Alonso la despropiada
o el empleo de la abuela



Cada vez que suena el teléfono de la casona yo me santiguo y atiendo. Algo grande pasa pues todo el mundo recibe sus mensajes a través de los portátiles personales. Las llamadas a la casona barruntan “alguna desgracia familiar”. Esta vez, una voz en punto cubano, identificada como Caridad Castro, oriunda de Olguín, pidió hablar con la Nana Kymbisa. Nuestra Nana tenía amigos en todas partes del mundo, de diversas clases sociales y profesiones. Ella, era una mujer muy querida y cosmopolita. Kymbisa era un modelo de educación, elegancia y sencillez. Así nos educó a todos nosotros, aunque la mayoría no aprendimos mucho, y si no me creen, para prueba un botón: la abuela es una guerrillera, terrorista, revolucionaria recalcitrante, de las que no aceptan una voz distinta a la de ella.


Kymbisa atendió y yo me quedé a su lado mientras recibió la llamada pues algo venia. Al colgar me dijo que la llevara al aeropuerto Internacional de Maiquetia, pues su amiga de toda
Aeropuerto Internacional de Maiquetia
la vida, Carmen María Hernández Alonso, prima de la cantante María Conchita Alonso, le solicitaba recibiera y atendiera a su prima artista por unos días en la casona, a propósito del mucho trabajo, los disgustos y sinsabores del mes. Que estaba segura que reposando en el camastro de la Nana se sentiría mejor y recuperaría las fuerzas, para volver a su vida de actriz de Hollywood. Así que yo me emocione muchísimo al contar con la presencia en Turmero de la actriz, cantante y ex mis María Conchita Alonso y lo grité por toda la casona. Comencé a cantar ¡Acaríciame!, una de mis 
melodías preferidas de su amplio repertorio.
Cuando de pronto, la abuela brincó despotricando de ella, argumentando que era una descastada hipócrita y que en su casa no quería a contrarevolucionarios que hablaban mal del gobierno, ni de la revolución. Mi abuela se encolerizó, cambio el rostro a vino tinto y miró Kymbisa a los ojos vuelta un diablo.


La Nana, sin mover un músculo de su petrificado rostro, me solicitó nuevamente que, por favor, la llevara al aeropuerto pues tenía que pagarle un favor de salud a su amiga Caridad Castro y que le
prestaría su catre a la prima María Conchita. Que en diez minutos saldría y que si no la podía llevar yo, o José Tomás, el chófer, se iría al Terminal de la Bandera, de allí tomaría el Bus Caracas, llegaría al centro de Caracas, para luego abordar un por puesto hasta el Aeropuerto Internacional de Maiquetía para esperar a María Conchita Alonso, su nuevo compromiso. Que se la traería en un taxi y lo pagaría ella y que todos los
gastos de la actriz, saldrían de su bolsillo. Que se trataba de un compromiso ético, que no podía eludir. Que las deudas se pagan con amor y lealtad. Dio la vuelta y arrastró sus
Las alpargaticas de la Nana
alpargatas hasta su habitación para el cambio de indumentaria, sin proferir más palabras.


Ante la elocuente respuesta de la Nana todos nos miramos al unísono. La abuela Catalina Libertad corrió a buscar su traje negro de Rollos Telas
La Cartera de la Abuela
Shantu 
que utilizaba, invariablemente, con lentes Gucci y sombrero diseñado por la prima Carolina Herrera, regalo de la última vez que visitó Turmero. Ordenó que iríamos todos, en cambote, a buscar a María Conchita Alonso hasta el aeropuerto de Maiquetía. Que arreglaran bien el cuarto de huéspedes, con sabanas nuevas, prendieran el aire
acondicionado y colgaran ramas de albahaca blanca por todas las esquinas para que perfumara el ambiente. También,  mandó a cocinar como para un ejército y cuando la Nana salió del cuarto, con su humilde carterita de charol
La cartera de la Nana
negro, la abuela, que parecía una artista, la esperaba en el portalón, se tomaron de la mano y conversando como si nada hubiese pasado se acompañaron, pasito tun tun, hasta el automóvil, el cual salió volando, rumbo al internacional de Maiquetía.


María Cochita en Maiquetia
A duras penas la actriz se desembrazó de los miles de Paparazzi y comunicadores que inquietos le preguntaban su impresión por la expropiación de su nacionalidad venezolana por parte del gobierno, pero la abuela tomo la batuta comunicacional, mientras Kymbisa  y le chófer escondían a María Conchita en el carro. La abuela les informó que lo de la expropiación de la nacionalidad no va, pues; 

-estamos resolviendo problemas mayores de trascendente desarrollo
nacional como la escasez y los desequilibrios económicos-

y terminó diciendo que se acababa la declaradera y que el lugar de reposo era un bunker familiar privado. El carro arrancó presto, sin parada posible y arribó a la vieja casona de Turmero a las 10 de la noche, hora impelable del
Santo Rosario de la abuela Catalina.

Han sido días agradables el compartir con la simpática, divertida, creativa y polifacética actriz, cantante, compositora y pare usted de contar talentos y gracias de María Conchita Alonso. Departió con
nosotros nuestro pabellón, el jugo de papelón con limón, los buñuelos y tortas de Lairen, yuca, topocho y pasó tiempo caminando por los jardines
de la casona, acostada en el chinchorro tomando fresco y sacándose fotos con los árboles, las flores
los animales y con mi sobrina Frescolita y sus amigos que inundó el Facebook con millones de fotos de la actriz y todos sus amigos. Tres semanas después la actriz se despedía de Turmero y de Aragua, mientras la abuela lloraba a cantaros, como en todas las despedidas. Kymbisa le regaló una protección espiritual en una pulserita y un rosario de pepas de mamón a la actriz con tres nacionalidades.



En la noche, la casa sin artistas se sentía sola y la abuela le escribió una carta a los altos personeros del gobierno solicitando que no le
Caricatura de la Abuela Catalina Herrera Guasare
quiten la nacionalidad venezolana a María Conchita Alonso, pues ella verificó que la actriz lleva su nacionalidad y su amor patrio en el corazón. 

También mandó otra carta dirigida al presidente Obama, solicitando la nombrara mediadora de buena voluntad entre los gobiernos para resolver todos los conflictos. Dejó claro que no sería un cargo ad honoren sino que deberían pagarle. Mandó el número de teléfono de su nieta la singular Frescolita por si querían llamarla en la noche. La Nana Kymbisa afloró su risita socarrona con las cartas de la abuela y yo me lance en el chinchorro
pensando que mal hizo esa señora María Conchita Alonso para que le arrebaten su nacionalidad venezolana. ¿Qué mal?...





No hay comentarios:

Publicar un comentario