jueves, 26 de mayo de 2016

Conclulinchamientos y Revocatorio en Venezuela


Conclulinchamientos y Revocatorio en 

Venezuela


Entre colas de bachaqueros, población frenética por llevar comida a su hogar, el jaleo entre el alto gobierno y la oposición por el Revocatorio como la táctica democrática para el cambio político y los linchamientos; Mayo arriba a su fin sin que los venezolanos avizoremos un salida contumaz,
de cara al drama económico-político y al clima de conflictividad nacional asociado en nuestro país. ¡Es así! Sin embargo, he de referirme a los linchamientos comunales, comunitarios, endógenos, multicolores que cada vez más arropan nuestra sociedad en este tiempo y momento.

Cada noticia presente sobre el tema, en la censurada prensa nacional es más dantesca que la otra. La temperatura del hecho social se caldea por segundos y comparece en la quinta esencia del averno más atroz..., en el terrible“acto de linchar al otro”. 

Se conoce que la palabra linchar deriva del vocablo inglés lynching y supone la ejecución de un delincuente sin el
debido proceso. Aparentemente el termino deriva de dos fuentes. La primera, que se debe a James Lynch Fitzstephen, alcalde de Galway (Irlanda) en el siglo XV, quien se hizo famoso cuando en 1493 hizo ahorcar a su propio hijo tras acusarlo del asesinato de un visitante español. La segunda teoría se refiere a Charles Lynch, juez del estado estadounidense de Virginia en el siglo XVIII, quien en 1780 ordenó la ejecución de una banda de lealistas sin dar lugar a juicio.

En el linchamiento la justicia…, con todos sus aditamentos: leyes, pruebas, jueces, condena, derechos, etc. …, quedan en manos del “Soberano”. En nuestro país la sociedad está harta de su encarcelamiento perenne, del miedo constante a ser objeto de la destrucción de la mano del otro y de la impunidad. En la triada que se da: falta de ética social, incapacidad total del aparato de represión-justicia del Estado y la ira social se cocina, a fuego alto, los linchamientos en Venezuela.

¿Quién más criminal? Dirán algunos…, los linchados o los linchadores. ¡No hay diferencia cuando se mira desde la ley y en perspectiva!, a pesar que el linchado es el epicentro del conflicto social y la comunidad responde por mano propia y de forma contundente cuando lo que se defiende es la vida. En el linchamiento se conjuga miedo, ira contra varios actores, además del delincuente. El linchamiento es un acto extremo de guerra manifiesta pues los actores se juegan la vida sin contemplaciones. Es un horror social, un hecho de barbarie, de pobreza, retroceso y cada vez surgen con más frecuencia en Venezuela. 

Conclulinchamiento: algo muy enfermo se aloja en lo más profundo del tejido social de Venezuela y parecería que sólo la pena de muerte será, en el mediano plazo, el muro de contención y la resolución al problema. Se necesita un diagnóstico y una cura social…, sabemos que no está en manos del actual gobierno…

La historia del desarrollo muestra como en medio de crisis naturales, guerras, hambrunas y otros desastres, los pueblos que aprenden pueden sortear las grandes paradojas y superar sus problemas y crisis sin asesinarse unos con otros, macana o revolver en mano, como cuando los primitivos del Paleolítico danzaban por Europa. 

El gobierno actual no moraliza con sus palabras y obras, así como tampoco logra el control social de mano de la Constitución para dar el principio básico que garantiza la vida que es la seguridad, a pesar del toque de queda inducido nocturnal, los gastos inmensos en armas y las nuevas organizaciones creadas para tal fin. 

La gente pone orden a su manera cuando el gobierno fracasa y luego el silencio…, en el autobús, en la calle, en la casa, en la cama cuando buscando el sueño el rostro ensangrentado del
muerto te asalta terroríficamente acompañada de la tranquilidad que puerilmente supone el razonamiento de: “Uno menos”… Sabemos que eso no es verdad. Hay más, muchos más criminales y cada vez crecen exponencialmente. Es una curva ascendente. 


La salida es sólo una: “lograr el desarrollo de Venezuela”, pero para alcanzar eso hay que lograr metas previas en materia política… como el revocatorio…, por ejemplo.