lunes, 11 de julio de 2016

Desarrollo Endógeno: Leopoldo y el Ave Fénix






Desarrollo Endógeno: 




Cuando el fallecido presidente Hugo Chávez decretó que la estrategia en materia económica sería el desarrollo endógeno, poco se conocía acerca de él en Venezuela. Opino que seguimos sin saber nada sobre el tema… En aquellos tiempos corrieron expectativas basadas en la necesidad de un verdadero cambio en el modelo de
producción, en el cual, se cristalizaran algunos logros tales como: se minimizara la vulnerabilidad de la economía basada en la exportación del petróleo y materias primas, se hiciera más versátil la oferta de bienes y servicios, se redujera el contenido importado del valor agregado nacional en el aparato productivo interno, se calificara altamente la población económicamente activa y que en ésta se comprimieran los cesantes y desocupados, se redujeran los desequilibrios entre la balanza comercial y de capitales en la Balanza de Pagos, se revigorizara el valor de nuestra moneda en los mercados internacionales, se invirtiera en una educación que privilegiase la creación de emprendedores y no de asalariados, tanto
como centros de creación de una tecnología propia que evitara la tradicional dependencia de los proyectos llave en mano y de la importación perenne de máquinas, conocimientos y así…, podría construir el infinito listín de expectativas no cumplidas… Hoy, con la cola del hambre golpeando el espíritu del pueblo que un día creyó en la propuesta socialista, el desarrollo endógeno produce hasta urticaria auditiva en la sensación de la mayoría.

Pero, más allá de la propuesta económica, la estrategia de desarrollo endógeno iba acompañada, ¡en teoría!, de un cambio social y moral…, no socialista, en términos de la ecuación: el gobierno arriba, sometiendo con los fondos que algún día bajarían y las comunidades abajo, esperando y haciendo lo que dicte el
mandamás, para garantizarse la cartera de créditos blandos y sin mucho papeleo…, y así dicen los del gobierno: − Cuando les bajemos los recursos a las comunidades−. El poder arriba, el pueblo abajito.

Así, la organización social, comunitaria o comunal, como os guste denominarla, no derivó del acuerdo, la comunicación y la cooperación de los venezolanos a la luz de objetivos comunes que les garantizaran beneficios económicos y desarrollo. Entonces, crearon el esperpento de los Consejos Comunales que devinieron en formas de control socio-político, donde sus logros se basaron en buscar la plata para hacer lo que las Alcaldías debían realizar y no hacen, de acuerdo a la ley en materia de servicios públicos y, por tanto, no desarrollaron una red de producción que permitiera la incorporación de los más débiles y menos competentes al sectores productivos, manteniendo una condición de micro empresarios y no de asalariados.


Hoy, atrapado en las inmensas y peligrosas colas de la gente para comprar los bienes regulados, el socialismo rueda por el desaguadero de la nada, toda vez que una desesperante inflación hace añicos el dinero del pueblo y agudiza la brecha entre una cesta básica que oscila los Bs. 230.000,00 y un salario mínimo de 16.000,00. Esta quebradura del hambre acabará, sin duda alguna, con los últimos vestigios del gobierno. Asimismo, el decrecimiento constante del PIB, el control social por la vía de la una presunta delincuencia incontrolable, son los indicadores más contundentes que por un lado corre el discurso sobre la estrategia de desarrollo y por otro, muy distinto, se moviliza la acción gubernamental para lograr el crecimiento y el desarrollo en Venezuela.

Pero ya el pueblo aprendió que ni un socialismo derivado del pretorianismo miliciano, ni las recetas neoliberales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, ofrecen el camino económico para la buena vida en Venezuela. ¡Pero no se desesperen los que aún están vivos por estos lares, pues la ciencia económica no cae derrotada tan fácilmente!.


Aunque usted no lo crea, en la teoría del Desarrollo Endógeno, iniciada por el presidente de USA, Franklin D. Roosevelt, están las claves verdaderas de un cambio excepcional en Venezuela. A lo mejor el señor Leopoldo López, ahora, desde su condición de preso político, tenga más tiempo para estudiar con seriedad dicho modelo y nos dé una sorpresa, tal como Napoleón Bonaparte hizo cuando logró desprenderse de su encierro en la Isla de Elba, donde su feliz encuentro con la filosofía le permitió, posteriormente, desarrollar la gran constitución de la Francia moderna.

¿Quizás?, desde la brazas de la prisión de Gramoverde, tal como lo hace el Ave Fénix, desde la añeja ciudad de Heliópolis, en Egipto, resurja un nuevo dirigente, mas prístino y clarividente, cuya gesta le permita la inmortalidad por impulsar, definitivamente, el desarrollo en Venezuela para el siglo XXI.















1 comentario:

  1. MANTENGAMOS LA ESPERANZA EN ESE POSIBLE FUTURO AL MENOS TENGAMOS UN SUE;O EN MEDIO DE ESTE ENORME DESASTRE!

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